Principio y final tienen las cosas. Y también impasses y regresos. El comienzo en un nuevo laburo y un par de artículos que quedaron a medias y perdieron la gracia al pasar la oportunidad, conspiraron para que este espacio haya quedado temporalmente fuera de servicio.
En el medio pasaron muchas cosas. Bah, ni tanto: Nacional salió campeón con menos de 50' de Tiki-Tiki en todo el campeonato, Peñarol sobrevivió otra semana en la copa apelando a las raíces del fútbol uruguayo -léase táctica murgiélago reload- el Frente Amplio volvió a echar para atrás la ley interpretativa, reapareció el Cuqui Lacalle, se armó flor de quilombo porque el presidente sugirió gravar los latifundios y Uruguay mejoró la imagen según la opinión de la corte periodística deportiva local, aunque haya marchado nuevamente contra Alemania como desde hace más de 80 años. Ah, también reapareció Carini, sigue sin encontrar las manos.
Sin embargo quería llamar la atención sobre una noticia que apareció hoy en la prensa, y que refiere al video emitido por canal 12 sobre unas declaraciones de Mujica. Conviene escucharlas, porque no tienen desperdicio.
Todos sabemos que el Pepe es afecto a este tipo de salidas, y durante años fue acosado por periodistas de radio, tevé y prensa escrita, desesperados por un titular estrafalario. Después le tocó ser presidente, y tanto el tono de sus declaraciones como el afán de sus perseguidores derivaron a mares más tranquilos. Sin embargo, lo que me carcome es qué motiva a este viejo bocón pero sabihondo a lanzarse en forma despiadada a la venta del patrimonio de los orientales, aquel que el tan manoseado Artigas prometió no vender al bajo precio de la necesidad.
¿Es necesario privatizar un patrimonio irrepetible? ¿Es válido vender las joyas de la abuela para contribuir a una solución accesoria como la de los colonos? ¿Se agotaron todas las otras vías de recaudación y financiamiento para tener que llegar a esto?
Hay algo turbio en este tipo de iniciativas, hermanadas a las gestiones que se vienen haciendo por la minera a cielo abierto Aratirí, a pocos kilómetros de distancia. Escucho otra vez este discurso, y parece que lo que molestara de esas "tierras improductivas" es que no paguen impuestos. O mejor dicho, que el Estado no vaya prendido. Si interesa que recaude el Estado, que vayan al contrabando masivo y el tráfico de droga; legalicen, háganse socios, repartan ganancias.
Quiero creer que el que tenemos de presidente está confundido y cansado. O que estuvo en los ranchitos del Cabo y Valizas, y en en ese afán de que el Estado vaya prendido, le pegó de costado.
Manuel Rovira
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